Corta la cebolla en pluma. Pela el tallo del brócoli y córtalo a cubos y sus flores en cuartos. Pela la zanahoria y córtala en oblicuo no demasiado pequeña. Pica los ajos. Trocea el tempe en cubos de 1,5 cm aproximadamente.
Calienta un poco de aceite de coco o de oliva en una sartén. Añade la cebolla, sal, saltea durante 3-4 minutos a fuego fuerte. Después, baja el fuego al mínimo, tapa la sartén y cocina, removiendo de vez en cuando, durante 20 minutos.
Tuesta el comino en grano en la misma sartén. Simplemente, con la espátula, aparta un poco de cebolla y deja un hueco libre para ello. Si lo necesitas, añade un poco más de aceite. Incorpora el ajo, el jengibre y cocina todo 5 minutos a fuego medio. Si no tienes el hábito de usar especias, comienza por menos y ves añadiendo a tu gusto.
Pon todo el contenido de la sartén en el vaso de la batidora, añade el curry en polvo y la leche de coco. Tritura y reserva.
En la misma sartén, añade un poco más de aceite y saltea las zanahorias, el tempe de garbanzo y el tronco del brócoli hasta que las verduras estén al dente.
Incorpora la salsa de curry que tienes reservada. Mezcla todo a fuego medio. Si necesitas más líquido, añade caldo de verduras, agua o más leche de coco. Tienes que obtener una salsa densa pero en cantidad suficiente para recubrir todos los ingredientes.
Añade las flores de brócoli y cocina 3 minutos más. Esto, junto con el calor residual, es suficiente para que el brócoli se cocine lo necesario, manteniendo el crujiente y sus vitaminas.
Sirve con un poco de perejil o cilantro fresco y acompaña con arroz integral, quinoa o "arroz" de coliflor.